Te sorprenderá conocer a Gilgamesh y su búsqueda de la inmortalidad
Una historia de 6 mil años
En la retrospectiva que realizo para plantear una concepción fundamentada del Transhumanismo, no puedo dejar de contarles algo de Gilgamesh, rey sumerio de Uruk, fechado en 2500 años antes de Cristo, cuyos ecos se dispersaron por las grandes religiones y la biblia no escapa de ello. Pero eso es otra historia.
Quedando en lo medular de mi pesquisa, les contaré rápidamente algo de su
historia. El Poema de Gilgamesh narra la historia de un hijo de dioses (tres
partes de dios y una parte humana) que, al ver morir a un amigo (Enkidu) - hasta
pudrirse esperando su reanimación - se percata de que son seres mortales, así
que inicia una búsqueda de la “receta de la inmortalidad”. Enkidú, también
mitad dios, fue enviado inicialmente a matar a Gilgamesh, pero después de una
lucha contra él, se convierten en amigos inseparables, incluso compañeros de
aventuras. Ambos fueron a luchar contra un enemigo formidable (Humbaba) para
robarle madera, y así, lo mataron, a quien
dieron muerte. Por ello los dioses se enfurecieron contra ambos.
Los dioses al darse cuenta de lo sucedido trataron de castigar al pueblo de Uruk, no solo por la muerte de Humbaba, sino por varios rechazos y afrentas de Gilgamesh a los dioses, y deciden que Enkidú debía morir, el gran amigo y compañero del osado Rey, como castigo.
Con la muerte de Enkidú, Gilgamesh sale de la ciudad, para buscar la inmortalidad, dado que se reúsa a aceptar su condición de “ser mortal”. Después de entrar a la guarida de los dioses, unos guardianes escorpión, le contaron la historia de un superviviente del diluvio universal que había obtenido la inmortalidad e incluso se sentaba en la Asamblea de los dioses (siempre hay chismosos en las historias). Se trataba de Utnapishtim. Así que el aventurero rey se fue a buscarlo para obtener su secreto. Para ello debía convencer al barquero de las Aguas de la Muerte que llevaba suministros a Utnapishtim, que lo llevara hasta él. Contándole la sentimental historia de la muerte de su amigo, Gilgamesh logra llegar hasta su objetivo.
Al llegar donde el inmortal, este poco a poco le explica a Gilgamesh que la inmortalidad es una característica exclusiva de los dioses. Que en su caso pasó porque él rescató a la humanidad del diluvio, pero que no era posible que se hiciera inmortal. Cuando va regresar, la esposa de Utnapishtim, lo convence de darle de regalo a Gilgamesh, la planta que les otorgaba la inmortalidad. Una vez obtenida, decide probarla en la persona más vieja de su reino, antes de eso no la probaría, y toma camino de regreso.
Sin embargo, por el camino
se detuvo a bañarse en una poza y, mientras lo hacía, apareció una serpiente
que le robó la planta, mudó su piel y volvió a ser joven. Una interesante explicación del por qué las serpientes mudan del piel. Gilgamesh, al final,
cae en cuenta que la juventud, como la inmortalidad, se le había escapado, por
lo que, para él, su pueblo y la humanidad entera el destino, único, inexorable
e inevitable era el de envejecer y morir. Que solo le quedaba, ser un gran
rey, perpetuar su historia y legado, como proeza final de su existencia. Creo al final esto es una especie de etilogía de la muerte, que para explicarlo se pone a un héroe a perseguir la inmortalidad. El ser humano, ve sus limitaciones físicas y temporales y en su capacidad racional busca explicaciones.
Bueno amigos lectores, quienes llegaron hasta aquí, esta es la historia
escrita más antigua conocida, nos reafirma que el ser humano, siempre ha tenido
la intención de juzgar la razón de su muerte, de su interés en evitarla. Para
ello, peleará hasta con los dioses para conseguir su inmortalidad. Los transhumanistas
son los nuevos Gilgamesh tecnológicos, que mediante la técnica, desafían hasta
los mismos dioses para sobrevivir más allá de lo posible.
Quise citar esta historia, como referencia para continuar con un enfoque completo de la insistente, permanente y continua historia del hombre en búsqueda de su perpetuidad.
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