No te imaginas lo que podría encontrarse en la historia de Frankenstein

Es hora de iniciar nuestro viaje. Vean ustedes con qué comienzo, nada más y nada menos que con una obra maestra de la literatura inglesa y universal: “Frankenstein, o el moderno Prometeo, de Mary Shelley. Publicada en 1818 aunque su versión final vio la luz hasta 1831. 


 

Y parto con sus propias palabras:

“Los objetos que más repugnan a la delicadeza de los sentimientos humanos atraían toda mi atención. Vi cómo se marchitaba y acababa por perderse la belleza; cómo la corrupción de la muerte reemplazaba la mejilla encendida; cómo los prodigios del ojo y del cerebro eran la herencia del gusano”… "me animaba cuando consideraba los progresos que día a día se llevan a cabo en las ciencias y la mecánica". “La vida y la muerte me parecían fronteras imaginarias que yo rompería el primero, con el fin de desparramar después un torrente de luz por nuestro tenebroso mundo. Una nueva especie me bendeciría como a su creador, muchos seres felices y maravillosos me deberían su existencia”. Mary W. Shelley, Frankenstein.
Haciendo una investigación del origen del libro y qué motivó a Shelley a escribirlo, se nos ubica en una época de grandes cambios en Europa, cambios tecnológicos, en donde avances como la electricidad, no se comprendía muy bien y se veía casi mágico. Adicional a esto, se repite la historia del conocimiento de la escritora con experimentos con cuerpos a cargo de personajes como Luigi Galvani (médico que experimentó la naturaleza eléctrica del impulso nervioso). Con una Europa en plena revolución industrial, aderezado con una vida llena de dolor, la Sra. Shelley tuvo la inspiración, el talento y el coraje de presentar al mundo, una historia de ficción tremendamente futurista (sigue siéndolo), que implicaba el interés de “armar” un cuerpo con partes de otros cuerpos, para ello utiliza la fuerza de la energía eléctrica. Veo atisbos, de una mezcla entre lo biológico y lo técnico, orientado por científicos (Víktor Frankenstein) que intentaban cambiar el mundo para producir otra clase de “humanos”. El mismo mito que subtitula la obra: El Prometeo, hace referencia al fuego, que Prometeo robó a los dioses para dárselos a los humanos, y su capacidad para crear cosas nuevas a partir del barro o la arcilla. Ambos, fuego y arcilla han sido frecuentemente presentados como “tecnologías creativas”, hasta en historias bíblicas, en que el fuego es parte de presencias divinas (la zarza ardiente desde la cual Dios le habló a Moisés, en Éxodo 3:2-6) y el barro con que se creó el hombre (Gn 2,7). Esto no es otra cosa que la tecnología, que en a manos del hombre, lo faculta para ir más allá, para trascender, para trascenderse y superarse.

En lo más profundo del ser humano, persiste la natural fuerza de la preservación, su “instinto de conservación” que con la tecnología es ahora un “instinto de eternización”.

“Y después de haber elevado a la humanidad por encima del nivel bestial de las luchas por la supervivencia, ahora nos dedicaremos a ascender a los humanos a dioses, y a transformar Homo sapiens a Homo Deus”. N.Y. Harari. Homo Deus.

Retomando la definición que me atrevía a plantearles en la introducción, he de decir que la tecnología está propiciando nuevos Frankensteins, que con el genoma humano, con tecnología 3D, robótica, Inteligencia artificial, redes neuronales están proponiendo “rearmar” a los seres humanos (ciborgs), naturalmente limitados por el tiempo y el espacio, por la física y la biología, para trascenderlos, para elevarlos con la técnica y que el paso del tiempo ya no importe, el remplazo de órganos solo sea un cambio “de tornillos y válvulas”, similar a la película de ciencia ficción “Repo Men” (aunque en la película los órganos se compran a crédito y hay gente que no paga, cierto?). La industria del cine y la ficción es la que ha amalgamado más este anhelo, en cintas tan diversas como: “Terminator”, “Robocop”, “ExMachina”, “Perfect”, “Replicas”, “Carbon Altered”, Chapiee y otros cientos más. Pero como veremos, esto es más que ciencia ficción y ya se está produciendo.

Esto es puro planteamiento, las intrincadas valoraciones de tipo filosófico y ético, van a aparecer, las vamos a proponer, pero eso será más adelante. ¿Qué les parece? ¿Cuéntenme cómo lo ven?

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